Desaparecidos y América Latina, tantas vidas perdidas, de un país a otro y siempre la misma historia desaparecer por pensar diferente, por querer un mundo mejor y del otro lado la impunidad, la verdad silenciada, secuestrada.
En Argentina fueron más de 30.000 durante la pasada dictadura militar (1976-1983). En mi país, Uruguay, fueron alrededor de 200 también en los años de plomo (1973-1985) y la impunidad sigue viva tal como en el caso de los 43 jóvenes normalistas de Guerrero. ‘Vivos se los llevaron, vivos los queremos‘ ha sido la frase con la cuál miles y miles de personas en México, América del Sur y en Europa han pronunciado cómo una suerte de plegaria que los traiga de nuevo…Aunque las últimas noticias sobre el caso son todo menos alentadoras en cuanto a encontrarlos con vida.
Arely Vazquez nos guió en su seminario por un viaje mágico sobre la historia de México, en varios momentos la piel se me erizó con los textos que se iban leyendo, recordando también mi pasaje por ese país tan hermoso hace un par de años. Para complementar ese viaje hablé con mi amigo Oscar, el vive fuera de México desde hace 17 años y quise saber más de cómo él vive todo lo que está pasando desde tan lejos.
OG: Una serie de sentimientos negativos que van desde la frustración, la vergüenza, impotencia y el odio. Frustración por saber que el ni el poder judicial en México es capaz de conducir investigaciones fiables, ver a los padres de los desaparecidos ser ignorados por el propio presidente del país durante días, después enterarme que miembros del gabinete (Secretarios/Ministros de gobierno) o al mismo poder ejecutivo se contradicen…o lo que pasó cuando el presidente pidió al pueblo superar la tragedia y anunciar que iba a lanzar reformas estructurales para combatir la corrupción – justo días después de que medios de comunicación anunciaran que el propio presidente, su esposa y el secretario/ministro de hacienda hayan recibido mansiones como regalo por parte de una compañía beneficiada con contratos públicos.
Vergüenza por que México se cree un país moderno, en desarrollo, en pleno siglo XXI y sus instituciones están corrompidas, por que aplicar la ley al sector más vulnerable del pueblo es más fácil que hacerlo con el poderoso, el corrupto, el rico. Odio hacia casi todos los sectores políticos, desde partidos, senadores, diputados, TODO el gabinete gubernamental, a los medios de telecomunicación oficialistas, a las compañías privadas ó grupos de narcotraficantes que se benefician de contratos públicos o atacan violentamente al pueblo (y de nuevo) los políticos que les apoyan aprobando sus proyectos, escondiendo sus crímenes. Tal como pasó con los estudiantes en Ayotzinapa, cuando la policía local y el ejercito federal colaboraron con el narcotráfico al entregarles a los estudiantes arrestados.
AC: Cómo es para vos que hace casi 20 años estás fuera de México vivir estos hechos desde tan lejos? no me refiero solo a Ayotzinapa sino a toda la situación de derechos humanos y la violencia estatal.
AC: Mucha gente identifica en México todas las cosas que están pasando con los partidos políticos tradicionales, especialmente con el PRI, sin embargo los partidos alternativos o los movimientos populares como el Zapatista no han logrado hasta ahora ampliar sus bases de apoyo para llegar al poder, por qué pensás que esto aún no se ha logrado? ves alguna solución/alternativa política que pueda cambiar las cosas?
Creo que mucha gente vive en su burbuja egocéntrica y capitalista y desea no salir de ella. Mucha gente no protesta por que no está informada de las atrocidades del gobierno, de los enlaces entre narcos y políticos, de la situación educativa o de salud en las regiones remotas. Mucha gente no demanda justicia por miedo a que le confundan con un comunista. Hay mucha indiferencia en México, causada por la desinformación de medios oficialistas o priístas (sobre todo televisivos como lo ha sido Televisa desde hace 4-5 décadas o últimamente Televisión Azteca), causada por el miedo a perder el trabajo al formar parte de protestas, por ser confundido con “revoltosos” (como muchas personas llaman a los manifestantes) y otro sector de la población, el de clase media y alta no lo hacen – creo yo – por racismo y clasicismo.
Por pensar que la injusticia, los crímenes del estado y del narco solo afectan a los pobres, a los indígenas, a los que no les gusta trabajar y entran al narcotráfico, a los sindicalistas. Tengo al sensación de que México no es un país unido, la colonización dejó las huellas claras de un sistema de casta que aún perduran. Me da la sensación que la mayoría de la gente que conozco en México no saben que los “ni-nis” son un problema del estado y les ven simplemente como “perezosos y latentes criminales”
Desinformación, indiferencia, falta de contacto con las realidades paralelas que existen impulsadas por una gran desigualdad económica, social y cultural y la soberbia que ciertos sectores sienten al ser “privilegiados” (y no hablo de la élite, sino a veces de la clase media), creo que son factores que impiden que movimientos sociales como “Podemos” nazcan en el país y se consoliden como posibles soluciones a los problemas de de corrupción y desigualdad que enfrenta el país desde la revolución…independencia…colonia.